Con el corazón lleno de gratitud, nos reunimos el 18 de octubre para conmemorar el tercer aniversario del fallecimiento de nuestra querida fundadora, Antonia Colado Plaza. Su vida fue un ejemplo de entrega absoluta a la misión, uniendo nuestra labor en este mundo con el amor infinito de Dios.
En este año tan especial, en que celebramos el Año Jubilar de la Santa Faz en el monasterio de la reliquia alicantina, sentimos de manera profunda la presencia de Dios, guiando cada paso que damos en el camino hacia Él. Su rostro, reflejado en la Santa Faz, es un recordatorio constante de su amor y misericordia.
Agradecemos de corazón a todos los que habéis participado, mostrando vuestro amor y reconocimiento tanto a la persona de Antonia como a la acción de Dios a través del Instituto. Que este día inspire nuestros corazones a seguir caminando juntos hacia el Señor, siempre en gratitud y comunión.
Siempre agradecidos y con el firme deseo de que todos sigamos el camino hacia Dios.